lunes, 9 de diciembre de 2013

Actitud.

Vale ya de oscilaciones, 
de dudas e indecisiones. 
Se acabaron las excusas 
ante las ganas de actuar.
Vale ya de idas y venidas 
en misma calle de siempre.
Cambiemos el rumbo, 
cambiemos la visión y las vistas, 
avancemos por impulsos. 
Dejemos de estancarnos, 
de estar parados, 
bloqueados con la meta 
a metro y medio de nosotros. 
Arriesguemos, 
para poder mantener algo en un futuro. 
Mantengamos lo que somos 
para arriesgar en lo que podemos llegar a ser. 

Vale ya de quedarse quieto 
mirando como la vida nos arrebata 
lo que en realidad nosotros solos estamos perdiendo.


domingo, 8 de diciembre de 2013

Prueba a hacerme estrella, esa a la que suspires, pidas, desees. Acércate a mi como quien se acerca a mirar por la ventana desde un séptimo piso. Sientes el vértigo, pero, ¿ves la ciudad entera brillar? Somos nosotros. Haz que cada luz sea yo. Aférrate a mis más puros sentimientos como si quisieras fundirlos con los tuyos. Llena de intenciones cada poro de mi piel y resuelve el acertijo que esconden los lunares de mi espalda. Hazte dueño de ellos. 
Prueba después a deshacerte de cada gramo de mí, experimenta qué diferente sería todo si nos maldiciésemos en bocas diferentes.
Pero ven, vuelve, luego siempre vuelve.

martes, 12 de noviembre de 2013

Yourself.


Dime a cuántas estrellas has pedido, cuántas velas has soplado, cuántos tréboles de cuatro hojas te has guardado, cuántos dientes de león recogiste del camino, cuántos amuletos colgando de tu cuello. Cuántas veces ansiaste más la suerte que tus propias intenciones. Todo el tiempo empleado, o gastado, deseando que algo se cumpliera por sí solo, por una estrella, por una vela, por una flor, por una pequeña piedra. Cuántas veces, en vez de salir ahí fuera y hacer que se cumpliera. Los dos nos mirábamos sabiendo qué ocurría, comprendiendo que era más fácil pedirle al destino que a nuestros sentimientos. Más fácil, sí, pero menos comprometido con nosotros mismos. Y ahora así estamos, estancados, en standby, esperando nuestro destino. Pero éste tarda en actuar a veces y, a pesar de que vivimos en un continuo cúmulo de casualidades, somos conscientes de que podemos hacer coincidir nuestras sonrisas, nuestros encuentros, nuestros choques de rencor.  Creemos ser marionetas, a corto o largo plazo, de las estrellas, los tréboles de cuatro hojas, los dientes de león, las velas de cumpleaños, los amuletos. Pero somos realmente marionetas de nuestros sentimientos. O eso deberíamos. Supongo que nadie se enorgullece demasiado porque algo que pidió en su mente mientras soplaba a la tarta se haya cumplido. Supongo que lo de verdad enorgullece es haber cumplido algo por haberlo perseguido, por haber estado corriendo tras él, a pesar de que aumentaba la velocidad y en ocasiones, dicho deseo se escondía en los lugares de más complejo acceso. 
Tal vez en la tranquilidad de nuestro interior. Tal vez.

viernes, 11 de octubre de 2013

Turn right.


La línea recta que nunca nadie quiere trazar. O la que ya está trazada y aún así nadie quiere seguir. El camino sencillo que nos sabe a poco, la certeza que ansiamos y pocas veces luchamos por conseguirla. La montaña rusa que creamos en nuestro día a día. Somos los caprichosos y eternos inconformistas que en el fondo saben que basta con lo que tienen. Pero quieren más. Lo quieren todo, pero sin seguir la línea recta. Prefieren obtener la felicidad a pequeños mordisquitos en cada curva de tal vez, y probablemente, la línea equivocada.

domingo, 15 de septiembre de 2013


No siempre sabemos por quién merece la pena jugárnosla y apostarlo todo. La mayoría de veces, cuando nos dejamos llevar por unos sentimientos (en ocasiones un tanto engañosos)y nos volcamos plenamente, al tiempo nos damos cuenta de que tal vez hemos entregado demasiado a alguien que no lo merecía. Yo por suerte tengo en mi vida a ciertas personas por las que de verdad valdría (y vale) la pena darlo todo, y con las que seguro, no me equivocaría. Las mismas personas que saben que conmigo, ellas tampoco se equivocarían.


martes, 10 de septiembre de 2013

Breve pero intenso.



Poco a poco empiezas a aceptar que las cosas cambian y cuando te paras y miras atrás, te das cuenta de que varios aspectos de tu vida han dado un giro de 360º sin que tú lo hayas decidido y que el tiempo es como el huracán que sopla fuerte y lo va revolviendo todo a su paso. Sabemos que no todo puede mantenerse intacto para siempre y que realmente, vivimos de los recuerdos que nos quedan por cosas que tuvimos y ya la vida, por un motivo o por otro, nos ha arrebatado. También es cierto que no hace falta vivir grandes cosas para tener grandes recuerdos. A veces los simples detalles, nos hacen sentir llenos, aunque sea por poco tiempo. No todo tiene que durar lo eterno para valer la pena, de hecho, la mayoría de ocasiones, los momentos más fugaces son los que más marca dejan. Tal vez hay cosas que duran demasiado poco, mucho menos de lo que nos gustaría, pero sabemos que mientras duraron fuimos los más felices, y eso, queramos o no, es ahora lo único que nos queda.

lunes, 2 de septiembre de 2013

On fire.


Pudimos haber amanecido más de un día en la playa, con la sonrisa tonta aún fija en nuestras caras. Él sabía que su mirada a las 00:00 de la noche era el único deseo que podía yo pedir. Y lo tenía. Lo tuve. Fue nuestro, algo así como un regalo compartido, pero que siempre es un poco más de uno que de otro... pero que nunca paras a pensarte de quién. Fue como la estrella fugaz que esperas con ansia en una noche de verano, como el vuelo barato a tu destino preferido, como la canción esperada mientras vas en el coche con la radio puesta, como el vestido perfecto en la tienda más escondida del barrio. Duró lo mismo que dura un hielo cerca del fuego, lo mismo, exactamente lo mismo. El porqué está claro: no todo lo bueno (ni lo malo), dura para siempre. Y aún más claro está que él era el fuego y yo el hielo.

miércoles, 28 de agosto de 2013

bsb.


 Y entonces se detuvo, a mitad del sendero de piedras y hierbajos que llevaba a quién sabe dónde. Alzó la mirada al horizonte, y levantó la vista al cielo. Ese cielo que sabía que iba a echar de menos. Ese cielo diferente al cielo del resto de rinconcitos del mundo. Tenía claro que respirar aquel aire era puro privilegio, suponía llenarte los pulmones de buenas sensaciones para el resto del mes, y con un par de bocanadas, igual hasta se solucionaba gran parte de la vida. La melancolía apareció entonces entre las montañas que le rodeaban. Junto al sonido de las hojas que mecía la suave brisa, asimiló que todo ese paraje permanecía ahí intacto los otros 364 del año. En el mismo sitio. En el mismo valle. En las mismas rocas. En la misma curva del camino. En el mismo meandro del río. Esperándole a ella. Y lo sabía, por supuesto que lo sabía. Aquel trozo de naturaleza se había creado, únicamente, por y para ella.


domingo, 7 de julio de 2013

Lost.


Es probable la existencia de un lugar en el que el mundo calle, donde reine el silencio, donde sólo grite el aire, donde todo esté en pausa, donde no existan las ataduras, donde flote la imaginación, donde se recarguen las pilas de la vida, donde todo es un vacío lleno de algo, de nosotros, de alma, donde lo material queda por debajo, donde la paz y la armonía completa es alcanzable, donde respirar no duela, donde sonreír no cueste esfuerzo, donde llorar sea realmente un relajante, donde la evasión sea la realidad de cada suspiro. Andamos buscando ese sitio desde hace tiempo, en lo alto de una montaña, en mitad del océano, entre nube y nube...  ¿y en nuestro interior no somos capaces de encontrarlo?

Hazlo tuyo.


Yo sé que llega un momento en el que quieres gritar, desatarte, saltar a un vacío lleno de nuevas emociones. Quieres correr en contra del viento, literalmente, soltarte el pelo y llevarle la contraria a todo lo de tu alrededor sonriendo a las nubes que amenazan tormenta. Llega un punto en la vida en el que o todo es demasiado, o nada es suficiente. Pero tú quieres lograr un término medio, o tal vez un nuevo término, algo que se aleje del guión establecido, algo diferente, algo sólo tuyo. Quieres poder parar el tiempo cuando te convenga, y hacerlo avanzar tan rápido como te interese. Quieres llevar las riendas de tu vida, o tal vez quieres además olvidarte de encauzar tu vida, cortando esas riendas que a veces, en lugar de mantenerte en el camino, sólo te atan y te impiden descubrir caminos nuevos.

miércoles, 19 de junio de 2013



Ella solía negarse al amor, ese en el que tienes que criar mariposas en el estómago por alguien. No se creía capaz de aguantar tanto revuelo de sentimientos. Veía más imposible que improbable llegar a encontrarse en la situación esa de "enamorarse". Solía decir que aquello era demasiado para ella, que no le iba a tocar nunca. Y que, tal vez, si le tocaba, no lo llamaría así. Ella le pondría el nombre de masoquismo, atontamiento temporal o duradero, o yo qué sé, tal vez le llamaría helado de chocolate, de cualquier manera, pero no amor. Amor es lo que sentía cuando veía con sus mejores amigas la película de cada verano. O al ver aparecer en su blog miles de felicitaciones de gente desconocida. O al levantar la vista al cielo azul que reinaba en sus parajes preferidos. O al abrir el libro que ya había leído 23 veces. O, simplemente, al escuchar cómo su periquito cantaba en cuanto ella entraba por la puerta de casa después de una noche de fiesta. Esas simples cosas, a pesar de lo exigente que era, suponían para ella la mayor dosis de felicidad. Algo que veía demasiado distinto al término "amor" que asigna la mayoría de terrícolas cuando tu alegría depende de otra persona, con la cual sientes que llega el momento de construir parte de tu alma y a la vez supone la autodestrucción. Ella no creía en ese amor, pero bien sabía que si le ofrecían una tarrina de helado de chocolate, no podría decir que no.

domingo, 28 de abril de 2013

Despertar en otro mundo.


Despiértame cuando ya todo haya pasado. Cuando no sea yo la que quiere siempre más y acaba siendo una simple víctima del amor. Cuando no sea tampoco la que echa de menos a personas que se olvidaron de recordarme. Despiértame cuando la gente no se mate ahí fuera, cuando todo el mundo luche por hacer felices a los otros. Cuando desaparezca toda la mierda que nos rodea, cuando los ojos se inunden sólo de lágrimas de felicidad. Despiértame cuando vaya a hacerlo a tu lado. Sino, qué más da, déjame durmiendo que de sueños también vivo.

jueves, 25 de abril de 2013


''Cuando entré en la cabaña la vi clavada en el suelo, firme sobre sus botas negras militares, dominando el comedor con la mirada. Como de normal, se encontraba absorbida en su mundo interior (a saber qué diablos ocurría ahí dentro), pero parecía sin ninguna duda tenerlo todo controlado. Carlota fue algo así como el tipo de chica que ningún tío quería tener cerca. Era un continuo peligro, una montaña rusa que no pasaba nunca por controles de seguridad. Era como una droga, adictiva, que te ayudaba a olvidar tus propios problemas al menos por un rato, pero resultaba ser también algo dañino. O bueno, eso mi mente me quería hacer creer. Me llevaba siempre para aquí y para allá, todo comeduras de cabeza y se hacía complicado llegar a entenderla el noventa por ciento de las veces, pero en el fondo a mi corazón le hacía bien. Quiero decir, a pesar de lo difícil que ella era en sí de vez en cuando (cosa de la que me sentía culpable porque cuando la conocí era dócil, tranquila, y en fin, todo lo contrario a lo que ahora resultaba ser), se me hacía fácil quererla, es algo que no tenía que forzar, me salía solo, ya era una rutina, algo así como mi costumbre diaria preferida.''

miércoles, 24 de abril de 2013

Es verdad que no tenía remedio.

"Qué iba a hacer yo si siempre me sonreía cuando nos reflejábamos en el espejo de nuestra habitación, con una sonrisa que era capaz de hacerme escuchar la mejor canción; como si leyese la mejor poesía; el mejor paisaje que jamás podría llegar a ver. Si siempre se ponía mis camisetas sin pedirme permiso y si se enfadaba porque me comía sus galletas al mediodía. Ella protegía las frías madrugadas y ponía el sol en las tardes de Diciembre, mientras pintaba de carmín mi cuello. Siempre saltaba a mis brazos cuando me veía llegar con una tarrina de helado de vainilla, y se la comía entera ella solita mientras veíamos nuestra película de cada domingo por la noche. Aunque bueno, ella miraba la televisión y yo le miraba a ella, eso era lo mejor. Cuando me pillaba observándola en vez de prestando atención a la escena en la que Allie y Noah se tumban en la carretera, me sonreía como diciendo ''este chico no tiene remedio'' y me manchaba la nariz con el poco helado que le quedaba, después me hacía cosquillas, y yo qué sé, cuando volvíamos a mirar la televisión, la película ya solía haber acabado."

martes, 23 de abril de 2013

Tuve esa etapa en la que relacioné estar mal con vomitarlo todo sobre un papel. Aquellos días pensé en que era fácil desahogarse así, plasmar todas tus frustraciones con la ayuda de un bolígrafo y las ganas de liberarte, de sentirte comprendida por ti misma. Entonces afirmaba que los textos salían más bonitos cuando algo te atormentaba, porque llegas a profundizar más en la vida y simplemente, escribes más bonito, las palabras salen de otra forma. Eso pasaba cuando algo, repito, te atormentaba, pero no te ahogaba ni te partía en dos como si fuese un rayo. Ahora he llegado a un punto en el que estoy tal vez demasiado saturada como para poder liberarme. El  vaso está apunto de rebosar, y eso me impide escupir todo lo que siento, porque tengo un auténtico enredo en mi cabeza, y apenas consigo distinguir esos sentimientos que antes resultaba fácil describirlos. Es algo así como si te pidiesen describir algo que nunca has visto, algo que tal vez ni siquiera existe. ¿Cómo pretendo explicar el barullo de mi cabeza si mi corazón no calla y no me deja escuchar lo que pasa ahí dentro?

¿Cómo vamos a encontrar algo cuando ni siquiera sabemos lo que buscamos? Tal vez la clave esté ahí, en no buscar nada, en dejar sorprendernos. 
Pero nuestras cabezas se han convertido ya en un auténtico enredo, se mezclan deseos e ilusiones con decepciones y reflexiones algo más coherentes que nuestros sueños y aunque a veces queramos dejarnos sorprender, sin forzar las cosas, ahí seguimos ansiosos, desesperados, buscando la pieza que nos falta, porque sentimos que tenemos que sentirnos llenos ya, que la vida se nos pasa  simplemente con media alma.

jueves, 21 de marzo de 2013



Ambos besaron demasiado, y quisieron otro tanto. Fueron millones de veces al cine y se sentaron en la sexta fila sin hacer caso a la película. Ya compartieron cientos de helados y se hicieron miles de fotos juntando mejillas. Se quedaron hasta las tantas de la madrugada colgados al teléfono y escaparon de casa incluso en días de lluvia por ver a su felicidad. Cedieron la última calada del cigarro y prestaron sus sudaderas en las noches frías. Escribieron mensajes de amor y prepararon una cita romántica que acabó desastrosa en el banco de siempre. Ambos estuvieron enamorados, o eso creían. Dejémoslo en que ambos sintieron cosas muy bonitas, y que como consecuencia, sufrieron lo insufrible por ver cómo todo a veces se iba a pique. Ambos repitieron esos momentos una y otra vez, con diferentes personas cada cuatro o cinco meses, aproximadamente. Soñaron historias imposibles y lucharon por personas que realmente no lo merecían. Lloraron porque un amor había acabado y se ilusionaron con el nuevo que empezaba en los parques del barrio más cercano. Sí, ambos lo hacían, pero cada uno por su lado. Vivían sus propias vidas, compartiéndola lo justo con simples 'hola' y 'adiós' y algún que otro favor tal vez típico de algo a lo que llamaban ''amigos''. Vivían sus vidas independientes, distantes, alejadas de un hilo común, pero muy intensas. Fueron felices cada uno con sus varias medias naranjas y creyeron que su vida estaba hecha cuando cumplieron los dieciocho y se fueron de casa para estudiar y labrarse un futuro que veían demasiado cercano. Ilusos. Pobres ilusos. ¿Se creían en serio que la vida no iba a juntarles? ¿De verdad pensaban que no iban a conseguir lo que los dos habían deseado desde siempre? Creyeron que compartir todas esas cosas era raro, una locura, algo que no cuadraba y que parecía no estar hecho para ellos dos. Sus vidas eran simples, normales, típicas, repeticiones comunes entre adolescentes, sumidas en millones de sensaciones nuevas, y de errores que se cometían uno tras otro. Sus vidas eran así y parecían conformarse con ello; hasta que hoy miran atrás, observan cada fotografía de papel y cada fotografía mental, recuerdan sus respectivos pasados, y se dan cuenta de que todo era tan solo una broma del destino, porque iban a acabar juntos, de la mano, amando como nunca antes lo habían hecho. Porque aunque ambos se negaron a ello durante la juventud y quisieron evitar el camino evidente que debían hacer juntos, sabían que iban a compartir cama durante sus últimos años de vida, calentando  biberones a un hijo que era de los dos, y maldiciendo el haber desperdiciado el tiempo acariciando otros labios cuando ya conocían la persona que realmente merecía esas caricias.
Ya se nos enfrió 
el café y el cigarro se apagó. 

''Y hasta las estrellas se cansaron de alumbrar el camino que ninguno queríamos tomar.''














martes, 19 de marzo de 2013


Y me tiré al precipicio de su sonrisa, me golpeé contra el sonido de sus carcajadas y despeinó mi pelo el susurro de su voz. Me ahogué entre sus lágrimas y naufragué en su boca. Cabalgué a galope por cada vértebra de su espalda y nadé entre el oscuro océano de las pupilas de sus ojos. Me perdí en la constelación de lunares de sus mejillas. Morí por el contacto de sus gélidas manos y resucité con el calor de su aliento. Fracasé en el intentó de olvidar la firmeza de sus hombros y gané la batalla contra sus pestañas. Firmé un contrato con la comisura de sus labios y tomé un par de whiskys a salud de su cuello mordisqueado, que pedía hielo para aliviar el dolor que le subía del pecho... apreté su corazón tal vez demasiado fuerte, después lo acaricié pidiendo perdón, entré y me senté a esperar. Fui bien recibida aunque al poco tiempo de sacarme él mismo se encargó. 

Cumplido.

Los mejores momentos son los que suelen desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. Las mejores sensaciones son las que suelen vivirse intensamente en un periodo de tiempo muy
corto. Las mejores experiencias son las que suelen ser vividas con la mejor compañía. Las mejores cosas son las que no suelen llegar con facilidad. Las mejores recompensas son las que vienen detrás de un gran esfuerzo, una gran espera, una gran dedicación, una eterna lucha que día a día continúa.  Y a veces, necesitamos lo mejor de los otros para poder sacar lo mejor de nosotros mismos.

                                          El mejor ídolo ha hecho que vivamos el mejor día de nuestras vidas.

martes, 26 de febrero de 2013

Vivir.


'Aún nos queda demasiado por hacer.'

Sonreír.Amar.Llorar.Odiar.Prometer.Reír.Cumplir.Admirar.
Jugar.Disfrutar.Matar.Follar.Beber.Comer.Esuchar.Sentir.
Hablar.Dibujar.Superar.Aspirar.Ilusionar.Querer.Aprender.
Descubrir.Soñar.Explorar.Besar.Tocar.Pestañear.Recorrer.
Correr.Andar.Saltar.Dormir.Morder.Abandonar.Dejar.Rendirse.
Avanzar.Subir.Bajar.Desplazar.Suponer.Saber.Componer.Crear.
Destruir.Construir.Elevar.Cortar.Colorear.Fotografiar.
Grabar.Deslizar.Romper.Fabricar.Esforzarse.Calmar.Suavizar.
Empeorar.Mejorar.Agitar.Gritar.Perder.Ganar.Regalar.Recibir.
Mostrar.Merecer.Viajar.Girar.Nadar.Volar.Desear.Ansiar.
Arrepentir.Recordar.Disculpar.Manejar.Controlar.Dar.Despeinar.
Prestar.Perdonar.Olvidar.Deborar.Tranquilizar.Confiar.

lunes, 25 de febrero de 2013

sábado, 23 de febrero de 2013

El tiempo pasa, y no nos espera.

Es como si creyésemos que tenemos todo el tiempo del mundo para vivir. No se trata de correr, se trata de avanzar a nuestro ritmo, sin meterle prisa a la vida y a la vez, sin quedarnos aletargados mientras ella continúa.

martes, 19 de febrero de 2013

Y tú, ¿vives o sobrevives?

Demasiado 'born to die' y nos olvidamos de que si estamos aquí, es para vivir. Que la muerte venga luego, no tiene porqué hacer que desperdiciemos los días de vida.
Es cierto que podemos ver esto como una putada, que nos soltaron aquí como diciendo: 'venga, haz que vives, o sobrevive simplemente, si total, hagas lo que hagas vas a acabar bajo tierra.' Pero, ¿y si realmente estamos aquí por una razón más profunda que eso? Somos los elegidos. Nosotros podríamos no haber nacido nunca, podríamos no ser un ''nosotros'', podríamos no existir, no estar, no vivir, ni morir. Podrían haber pasado tantas cosas distintas a lo que ahora sucede, que nos da por pensar porqué ocurre esto y no lo otro. Pues bien, nadie lo sabe. Todo el mundo es capaz de hacer sus teorías. Yo, en este caso, no tengo una definida. A veces me da por pensar que todo ocurre por una razón aunque sea desconocida, y en otras ocasiones pienso que son casualidades. ¿Y tú qué piensas? ¿Dónde te posicionas? ¿Crees que merece la pena vivir pensando en que tenemos un fin? Esa respuesta sí que la tengo clara. Obviamente no sería justo desperdiciar estos días de experimento (experimento también llamado vida) pensando en que en algún momento nos van a decir que ya no nos querran seguir usando como ratas de laboratorio. Y tendremos que irnos, queramos o no. Todos nos acabaremos yendo, y por eso, si de algo nos diferenciaremos, será de el desarrollo de la historia, porque el inicio y el desenlace son comunes en todos nosotros.

miércoles, 30 de enero de 2013


No es lo mismo decir 'me lo han dado' que 'lo he conseguido'. A mi no me des las cosas hechas, ni fáciles, ni sencillas, ni al alcance de la mano. Me han enseñado, o tal vez haya aprendido sola con el paso del tiempo, que las buenas cosas nunca llegan con facilidad, y si lo hacen, nunca dejarán el tan buen sabor de boca que te deja una recompensa después de un gran esfuerzo. La vida es una continua lucha, en la que si abandonas, todo deja de tener sentido. Pero, ¿cuál es el verdadero sentido de todo esto? Se lo ponemos nosotros mismos. El precio de las cosas viene indicado en una simple etiqueta, pero nosotros somos quienes decidimos el valor de lo que nos rodea. Seguir adelante siempre, es tal vez lo que más valor llega a alcanzar, porque gracias a unos continuos esfuerzos, logras hacerte rico de felicidad, de orgullo y satisfacción personal, y porque si te falta esa ilusión y esas ganas por emprender nuevos sueños y experimentar nuevas batallas, todo pierde valor. Nadie como tú mismo para darte cuenta de que el corazón necesita acción, necesita vivir, necesita latir por alguna razón. Necesitamos avanzar.
Si algo no lo conseguimos, que no sea por no haberlo intentado.

Y luego, ella misma se echó de menos.

'Ella solía ser cristalina como el agua, y cálida como el sol de aquel paisaje amaneciendo que tanto amaba. Solía responder con sonrisas y amar con miradas. Solía llorar con canciones, y reír de sus errores. Solía gritar con películas de terror y solía admirar a los chicos educados. Solía pedir deseos a las estrellas fugaces incluso cuando comprendió que de poco servía. Solía aceptar que es el corazón quien nunca miente y que solo la cabeza es la que nos confunde. Ella solía cantar al compás de las olas y la brisa de la playa. Solía correr campo a través calzada en tacones  y solía capturar momentos con una cámara por la imposibilidad de detener el tiempo en ellos. Solía enfadarse cuando no quedaban helados en la nevera o cuando le ponían un examen sorpresa justo el día después de haberse quedado hasta la madrugada viendo su serie favorita. Solía rechazar los piropos forzados y solía quererse tal y como se veía frente a un espejo. Ella solía hacer tantas cosas que apenas tenía tiempo a pensar en cuántas otras le quedaban por hacer. Solía vivir con intensidad, sin miedos, o por lo menos, sabiendo afrontarlos. Solía ser ella misma. Solía ser feliz. Solía recordar que era su propia vida y que nadie tenía derecho a cambiarle su manera de vivirla.'

jueves, 24 de enero de 2013


                           

Aprovecha a cada momento las cosas que tienes. Cualquiera de ellas podría esfumarse en cualquier momento. 

                            Terminar para siempre.                            
                                                                Alejarse de ti. 

Y entonces será cuando no puedas hacer nada para evitarlo. Lo único en nuestras manos, es evitar que los tesoros que poseemos pierdan su valor y los olvidemos con el tiempo; si no evitamos eso, sólo nos daremos cuenta de lo que teníamos cuando ya lo hayamos perdido.

miércoles, 23 de enero de 2013

No adelantes acontecimientos y no te ilusiones en vano. No permitas que tus ganas por una cosa se vean reducidas por otra. Puedes sonreír antes de tiempo, pero no te extrañes si luego llegan las lágrimas. Cometemos el error de forzar las cosas y meterle prisa a la vida, para que todo llegue pronto, para tener lo que queremos aquí y ahora. Poco a poco te das cuenta de que los momentos fluyen solos, con su propia magia, y que no necesitan el ser creados por humanos como nosotros. ¿Alguien aplaude antes de que acabe una obra de teatro, o alguien libera la carcajada antes de terminar de escuchar el chiste? Bueno, pues tal vez, pero no está verdaderamente bien hecho. Puede ser que algo vaya bien, y es correcto disfrutarlo mientras tanto, pero no por ello hemos de olvidar que todo puede torcerse en cualquier instante, tanto para mal, como para bien en el caso viceversa. Es decir, ¿cuántas veces hemos llorado por algo que creíamos que terminaba para siempre y más tarde ha conseguido arreglarse? Luego es cuando decimos 'qué tonto fui, me adelanté al final y lloré sin saber lo bueno que me esperaba después de todo'. Pero si supiésemos todas esas cosas, no seríamos de este mundo. Sabemos que no podemos predecir con exactitud lo que pasará en un futuro, y por eso nos guiamos por lo que ocurre en el presente. Sí, eso está bien, centrarse en el presente, pero sin vivir con demasiados pájaros en la cabeza que nos hagan olvidar que las cosas pueden cambian de repente (a veces incluso sin un motivo claro) y que debemos ser fuertes ante ello y ante cualquier tipo de circunstancia.

lunes, 21 de enero de 2013


Duele depender de alguien. Resulta peligroso determinar tu felicidad en una persona, porque cuando esa persona falla, tu vida se desmorona y se lleva consigo todo, incluso lo que sólo te pertenece a ti.

sábado, 19 de enero de 2013


                            
Hoy las ganas de llorar del cielo no son nada comparado con mis ganas de sonreír junto a ti. Qué buen día para quererte.

viernes, 18 de enero de 2013


«Trae el champán que hoy va a ser noche larga. Esta noche voy a brindar no por todos los que me han hecho daño y con ello me han hecho fuerte, no. A esos no pienso ni recordarlos. Voy a brindar por las personas que realmente lo merecen y por las que ha valido la pena ser fuerte. Brindaré, dándome un capricho, por mí misma, por todo lo que valgo aunque a veces esa gente no digna de recordar me haga dudarlo. Por las buenas cosas que son pasajeras, al igual que, por suerte, las malas. Brindo sencillamente, por seguir aquí, haciendo mi camino, intentando encontrar un sentido a esta aventura, procurando vivirla de la mejor manera posible. O por lo menos, de la única forma que sé. Brindo, por todo lo que no hicimos por miedo a equivocarnos, y sobre todo, por todo en lo que nos equivocamos pensando que no íbamos a hacerlo. Brindo, por cada lágrima de esfuerzo recompensado, y por cada carcajada de placer involuntario. Brindo, por dejarnos llevar esta noche, como tantas atrás no hicimos. Brindo, por la locura y la felicidad de momentos como este, en el que, como una tonta, me pongo a brindar por décimo octava vez en la noche y ya no sé ni lo que digo.»

jueves, 17 de enero de 2013

Es la vida quien debería tenerte miedo a ti.


Abandonamos por ausencia de razones y exceso de miedos. O tal vez abandonamos incluso sabiendo que tenemos motivos para no hacerlo. Es entonces cuando el miedo supera esos motivos, esas ganas. Cuando el pánico a fallar nos impide tan siquiera intentarlo. Es tontería quedarnos clavados en el mismo sitio por miedo a desestabilizarnos al dar un paso hacia delante. ¿Será tal vez porque vemos el enorme precipicio justo en frente de nosotros? Tenderemos entonces a dar un paso hacia atrás, porque vemos cual será nuestro claro fin si avanzamos hacia delante. Error. ¿Qué por qué? Está claro. En esta vida, todo el mundo nos ha enseñado a alejarnos del miedo, a huír, a echar a correr en la dirección contraria a la que se encuentra el peligro, pero nadie nos ha dicho nunca que tal vez ese peligro es demasiado subjetivo y que por lo tanto, puede esconderse algo terriblemente bueno detrás de el riesgo. Con esto no apoyo el masoquismo, simplemente, el mirar la vida desde otra perspectiva  sin tenerle miedo, sin ver todo el camino señalado con las luces intermitentes de peligro. A veces es preciso caminar a oscuras, para darte cuenta de que puedes seguir haciéndolo. Es una pena que las dudas y las cosas inciertas e irreales que flotan a nuestro alrededor nos coman y nos manejen obligándonos a permanecer con esa incertidumbre con la que tanto odiamos vivir. 
Sabiendo que hay mil maneras de matarla.